
Hay tan poco en este mundo que no sea agua…
Sumergirme en agua caliente, es volver al vientre materno.
Flotar en aguas saladas, es comprobar que hay algo más grande por lo que me puedo dejar sostener. Soltar. Confiar.
Aventurarme en aguas heladas, es sentir repentinamente que mi cuerpo está vivo. Sentir mi sangre circulando en mi interior. Sentir la vida.
El agua de mis lágrimas pone voz a mi corazón.
Agua y emoción viajan juntas.
El agua no te permite quedarte en la superficie. Agua es ir hacia adentro, profundizar. Y, al mismo tiempo, fluir.
El agua te limpia las manchas y el enfado.
El agua te aquieta y te aviva.
Agua eres tú.
Agua soy yo.
Agua es vida.