A la Economía Ecológica le falta Alma

Tras la pandemia escribí un artículo que me nació del alma, no solo de la cabeza. Me había prometido a mí misma no volver a publicar en revistas académicas pero volví a caer, cual adicta. Lo envié a varias, y en todas fue rechazado. Lo dejé en el «cajón de las cosas olvidadas».

Hoy, un amigo de esos que son de alma y que sabía de su existencia, me lo ha pedido. Lo he releído y he decidido darlo a luz. En 2021 lo parí y lo encerré. Hoy lo hago público.

Sí, a la Economía Ecológica le falta Alma. Hoy, dos años después, intuyo dónde encontrarla… Pero eso será objeto de otro parto.

Aquí os lo dejo. Espero que sea de vuestro interés. Ya me curé de la adicción y no lo volveré a mandar a ninguna revista. Podéis difundirlo como lo creáis conveniente.

EL PATRIARCADO EN LA UNIVERSIDAD: EL ACOSO DERIVADO DE LA REBELIÓN

Últimamente han salido noticias en las que varias mujeres denunciaban al “admirado” profesor Boaventura Santos de acoso sexual. Se me cayó un mito. 

Me quedé sentipensando entonces en las “relaciones catedráticos- profesoras jóvenes”, en lo difícil que es que denunciemos a un semidios. Eso cuando es un acoso “sexual”. 

Pero, ¿y cuando el acoso no tiene caracter sexual?

Entonces nos convencemos de que “eso” no es acoso. De que tampoco es para tanto; de que los catedráticos son así, siempre ha sido así. Es que te quejas por todo. Una vocecita nos dice “Déjalo pasar, no te señales más que es peor. No puedes demostrar nada, además no te ha puesto una mano encima. Te vas a quedar más sola de lo que ya estás. Si hablas, te será mucho más dificil. Ten cuidado que tienes un contrato temporal”… 

Y así, hay muchas que callan. Y otras que no, que no nos callamos. Unas sufren el acoso de manera silenciosa, otras vivimos el acoso derivado de la rebelión. 

Sí, nos rebelamos contra esos catedráticos que nos exigen un curriculum que ellos no tienen. Contra aquellos que nos proponen ser su agradecida marioneta. Contra los otros que se creen y autoproclaman “excelentes” y nos exigen una malentendida y enfermiza excelencia. Nos rebelamos contra los que se regodean en la hoguera de las vanidades, inflando sus egos gracias al séquito de vasallos que los acompañan. Nos rebelamos contra esos que creen que una palabra suya bastará para doblegarnos.

Sí, nos rebelamos contra el acoso que nace del Capitalismo Académico y que los catedráticos ejercen creyéndose todopoderosos e intocables. 

Ya sea porque callas o porque te rebelas, este Patriarcado nos hace enfermar. 

Y mientras, ellos aparecen con sus mejores galas  presentando libros, ostentando cargos “públicos”, hablando en medios de desinformación, creyéndose en posesión de la verdad. 

Sí, a mí también me acosaron en la universidad. No uno sino varios catedráticos, y algunos de sus vasallos.

No me callé; me lancé a las batallas. Algunas las perdí, otra la gané, la última… sí, la gané y enfermé. 

Y a pesar de todo, sané y gané la mayor de las batallas: mi LIBERTAD en la Academia. 

No nos callemos, compañeras. Nuestra Libertad vale más que todos sus Egos.

SENTIRES Y PENSARES. NUM. 4. DOÑANA. POR AMOR

SENTIRES Y PENSARES. PARA UNA NUEVA TIERRA

En el próximo número del mes de mayo, senti-pensamos sobre Doñana.

En estos tiempos tan críticos, es Vital que Tod@s aportemos nuestra Gota de Consciencia.

Os convoco a TOD@S: quienes lo pensamos, lo sentimos, lo estudiamos, lo investigamos, lo enseñamos, lo gestionamos, lo soñamos… quienes lo vivís, lo disfrutáis, lo añoráis… TOD@S, cada cual desde donde esté.

Aunque el ambiente está muy “cargado”, solo nos pido una cosa: que nuestra Gota este “preñada” de Amor. De Amor a Doñana.

Me la puedes enviar HASTA EL 20/5, por RRSS o por el correo de yakumama (más abajo). Puede ser un escrito, un cuento, un poema, una fotografía, un dibujo, un vídeo, un audio… lo que te salga del alma.

En estos momentos que tanta falta hacen las AGUAS, inundemos Doñana de Gotas preñadas de Amor.

💦💦💦

YAKUMAMA. LA VOZ RECOBRADA
yakumamalavozrecobrada@gmail.com
esthervelazquez.com

Recuerdo de las Aguas

Baeza (Jaén, España, Febrero 2023)

Lo comencé hace ya mucho tiempo, en escritos, experiencias, sentires y pensares, sin saber que un día sería un libro. Ahora solo comienzo a recordarlo para ordenarlo, darle coherencia y parirlo. Ahora solo comienzo a darle Sentido.

Ahora recuerdo para qué recobré mi voz, la Voz de YakuMama. Ahora recuerdo que es para Ellas, para las Aguas. Para el Gran Femenino, para la Madre de todas las Madres, de dónde todo nace. Para el Femenino Sagrado y también para el No-Sagrado. Para las Aguas azules y también para las Grises.

Ahora recuerdo que es la Voz de YakuMama la que quiere ser escuchada…

Gracias a todas las bonitas personas que me inspiráis para Recordar, muchas incluso sin saberlo. Gracias a todos los maestros y a todas las maestras que cada día en el aula me regaláis un nuevo Recuerdo. Gracias a todos los Maestros y a todas las Maestras, seres vivos e inertes que compartimos esta bella Tierra. Gracias sobre todo a Vosotras, Aguas Sagradas, YakuMama.

NO TE OLVIDES DE VOLVER A TU VIDA, TE ESTÁ ESPERANDO

«Ya estoy otra vez igual, metida en esta vorágine académica que me enferma»

Esto fue lo que me dijo ayer una mujer que hace solo unos meses defendió su TESIS DOCTORAL.

Lo más importante en el camino del estudiante de doctorado es la última etapa del Laberinto, VOLVER A LA VIDA una vez que ha defendido la Tesis.

«Ten cuidado pues el ser humano se resiste a abandonar lo conocido pero esto solo impediría el nacimiento de lo nuevo (..) No dejes de estar en la Academia por estar en tu vida. No dejes de estar en tu vida por estar en la Academia, puedes estar en las dos al mismo tiempo pero has de tomar consciencia y salir del centro del Laberinto, donde solo queda muerte y podredumbre…» (tomado de mi libro «El Laberinto de la Academia. La tesis doctoral, un viaje de ida y vuelta».

Querida Doctora, Querido Doctor, No te olvides de volver a tu vida, lleva mucho tiempo esperándote…

Hace falta tanto Amor…

(Fotografía: Paraninfo Universidad Pablo de Olavide, 25/1/2023. Celebración 25 aniversario).

Hoy he tenido dos sesiones con dos «Doctoras». Una se doctoró ahora hace tres años. La otra se acaba de doctorar.

Curiosamente, las dos (cada una por su parte, obviamente), me comentaban sus dudas sobre seguir o no en la Academia; sus dudas de si «valen» o no para la Universidad. ¡¡Y son Doctoras!!

Que si «mi forma» no es suficientemente buena, que si mis compañeros y compañeras lo hacen mucho mejor; que si no sé si seré capaz de publicar artículos; que no sé si seré capaz de…

Y me vi… Me vi con 25 años menos, con todos los mismos miedos e inseguridades que ellas. Con ese creerme «menos» que todos. Con ese síndrome de la impostora creyendo que sí, que era Doctora, pero lo era porque de lo que sí había sido capaz era de «engañar» al tribunal para que creyera que mi tesis era suficientemente buena como para doctorarme, cuando sabía en el fondo que no lo era (o eso era lo que yo me contaba entonces).

Y me vi en ellas. Cuánto sufrimiento en la Academia. Y de esto nada se sabe fuera… Cuánta competitividad, cuánta exigencia y auto-exigencia; cuánto auto-boicoteo; cuántos egos; cuánta mal entendida excelencia… Cuánta deshumanización. Cuánto miedo… qué poco Amor…

Y hoy, curiosamente hoy, tras estas dos sesiones, me han llegado las fotografías realizadas ayer en el Acto de Celebración del Aniversario por los 25 años de la UPO. No me lo podía creer. Allí estaba yo: a toda pantalla. Doctora.

Y me vi… Vi todos mis miedos en aquella pantalla, sentada desde una cómoda butaca del Paraninfo, a rebosar y con toda la plana mayor sentada en las primeras filas.

Sentí tanta compasión por mí. Por la que fui…

He sentido tanta compasión por ellas… por las que son…

Y sí, claro que podemos. A veces no se trata de irnos, sino de aprender a estar de otra forma: sin Miedo, con Amor. Tratando de Humanizar la Academia, recordando lo que somos.

Hacen tanta falta otros pensares y otros sentires. Hace falta tanto Amor…

«No todo va a ser Shakira»… Hay aún esperanza…

(Imagen: https://anestesiar.org/2016/ovejas-negras-valores-extremos)

Muchas veces, como imagino que nos ha pasado a todos y a todas los que vagamos por los andurriales de las Redes Sociales, he querido quitarme de FB e IG.

¿Por qué sigo? me pregunto. Y encuentro tres respuestas. La primera me la dio una mujer de esas a las que considero sabias y que me ayudan a avanzar: «que las redes sociales te sirvan para sembrar». Sí, esa es mi intención: sembrar… lo que buenamente pueda cada día.

La segunda respuesta la encontré en pleno confinamiento: FB me ayudó a sentirme acompañada cuando el «bisho» más apretaba.

Y la tercera la encontré el otro día cuando me dí cuenta que siempre hay alguien al otro lado que me manda un abrazo de esos que me recomponen de dentro hacia fuera, cuando yo ni siquiera sabía que lo necesitaba. No solo es que me sienta acompañada, es más: me siento querida y cuidada. Una canción, un poema, un escrito, una palabra…

El día que echaba humo con el revuelo formado por la canción de Shakira, recibí un texto de una mujer que fue alumna mía hace ya muchos años. Una alumna brillante, doctora. Y colgó «el birrete» para irse a la montaña y hacerse pastora. Una mujer con una sensibilidad preciosa que me regaló un texto que me calentó el alma. «El rebaño sigue» se titulaba… «No todo va ser Shakira», me decía…

Joder, qué bonito.

Y siento que sí, que aún hay Esperanza…

¡¡GRACIAS @sheeppingwithlove!!

¿QUIÉN ENGAÑA A QUIÉN?

https://www.lavozdigital.es/andalucia/sinceridad-profesor-universidad-andaluz-dedico-enganar-ensenar-20230104145003-ntv.html?fbclid=IwAR0o6S4126t5K6jZ0WlbhE_i6Osd6Qvs-PTXyh9ZqchskoW6ECRLzZzBonY

Desde hace un par de días estoy viendo este artículo circular por las redes.

Y no lo quiero dejar pasar.

De toda esa lista que este buen profesor desglosa como soluciones, NI UNA hace alusión al profesorado. Ni una sola, ¿raro, no?

No seré yo quien niegue que los estudiantes universitarios parecen estar mucho menos motivados que hace años. No seré yo quién lo niegue. ¿Pero y si nos miramos a nosotr@s, a los profesores y profesoras?

El sistema educativo, la Aneca, las competencias básicas, las nuevas tecnologías… No seré yo quién lo niegue. Sí a todas esas razones, pero si queremos dar una enseñanza pública de calidad hemos de empezar por nosotros, las y los profesores. Y no me refiero a la tan manida como inutil “excelencia académica” basada en publicaciones en revistas de las llamadas JCR. Me refiero a nuestra “formación como SERES HUMANOS”.

Cuando el/la profesor entra en el aula con todo su ser, encuentra en ella a seres humanos, con todo su ser. Y así da gusto trabajar, os lo aseguro. Si entra unicamente con su “cabeza”, encontrará solamente “cabezas” y como bien dice el articulista, interesadas en cualquier otra cosa antes que en la explicación del profesor.

En fin querid@s, el mundo ha cambiado. Nos toca a nosotr@s darnos cuenta qué podemos y queremos cambiar (también en nosotros y nosotras) para hacer la Universidad Pública y de Calidad que merecemos.

Hay muchas cosas que son ciertas en el artículo pero cuando se escribe poniendo toda la responsabilidad “fuera”, mal vamos.

Así que le pediría a este profesor que, por favor, dejemos los grandes titulares a parte. Algun@s nos dedicamos con pasión, vocación y dedicación a ENSEÑAR en la Universidad Pública desde hace más de 30 años.

Para no engañar a nadie es IMPRESCINDIBLE comenzar por mirarse a una misma. Es imprescindible darnos cuenta que el mundo ha cambiado y que si nos quedamos anclados en aquellos “felices años” (que por cierto, nunca existieron) entonces los que nos estamos engañando somos nosotros mismos. Es imprescindible cambiar con los tiempos.

Ah, no, calla… que no va de eso… quita, quita, ¿cambiar yo? que cambien ellos… Pues eso… ¿quién engaña a quién?

YAKUMAMA. LA VOZ RECOBRADA
yakumamalavozrecobrada@gmail.com
esthervelazquez.com

SOMOS EL PATO DE LA LAGUNA. Ante el Cambio Climático, Políticas Radicales

Vivimos tiempos convulsos de grandes incertidumbres. Ya no se habla solo de crisis climática, sino de crisis global. En mi opinión, sin embargo, es algo más profundo: asistimos a una crisis de identidad de una dimensión que no llegamos a comprender.

Estos tiempos se caracterizan por una profunda incertidumbre en la que, ni los propios modelos académicos y científicos, aciertan a predecir con seguridad el futuro que se nos avecina. Se nos habla de incremento de la temperatura del planeta, pero no se sabe con exactitud cuántos grados ni cuándo. Se habla del deshielo de los Polos pero tampoco se sabe a ciencia cierta con qué velocidad perdemos masa polar. Asistimos a una brutal deforestación que pone en peligro la rica biodiversidad del planeta, con cientos de especies extinguidas cada año, pero tampoco se puede decir con exactitud el ritmo al que avanza. Nos conmovemos ante la desaparición de ríos y lagunas pero tampoco los modelos saben predecir qué pasará con las masas de agua. Respiramos un aire cada vez más contaminado; bebemos unas aguas cada vez más envenenadas, pisamos una tierra resquebrajada y empobrecida… y no sabemos «a ciencia cierta» la velocidad con la que seguirán produciéndose estos cambios porque los modelos científicos, certeros para según qué cosas, no funcionan con exactitud cuando tratamos con aspectos socioeconómicos-ambientales y existenciales. 

Sin embargo, más allá de esta incapacidad de predicción, es importante que nos demos cuenta que esos acontecimientos no son más que síntomas de una crisis mucho más grave y profunda y que muchas de las políticas que se plantean, siendo necesarias, no van más allá de meras medidas paliativas. Las políticas económicas se quedan cortas porque no aciertan a ver que, la mayor de las veces, son parte del problema. Las políticas ambientales, leales al sistema mercantil en el que nacen, ofrecen soluciones que pasan por el mercado. Las políticas sociales, a estos efectos, olvidan que las personas somos algo más que números; la educación, desde infantil hasta la universidad, pareciera que no tuviera ningún papel en esta desquiciada situación. Tampoco la tecnología va a venir a salvarnos; puede ayudar, pero solo eso, por la sencilla razón que, como todas las anteriores, ataca el síntoma y olvida la causa. 

Desde el pedestal en el que nadie nos subió, los seres humanos nos creemos diferentes y superiores a todo lo que habita en el planeta, vivo o inerte, por el mero hecho de tener una cabeza pensante que, paradójicamente, ante la grave crisis que vivimos, no la usamos para hacernos una sencilla pregunta: ¿estaremos «olvidando» algo? Porque podría ser que ese «algo» fuera, precisamente, la causa del problema. 

En mi opinión, y cada vez estoy más convencida, la causa de la situación que vivimos radica en el olvido de lo que somos. Asistimos a una crisis de identidad. Hasta que los seres humanos no recordemos qué somos y sigamos montados en nuestro pedestal, todas las políticas ambientales, económicas, tecnológicas y sociales quedarán en poco más que el alivio temporal de algunos síntomas.

Es urgente, pues, recordar qué somos y, una vez hecho, preguntarnos qué podemos y queremos hacer.

Hay diferentes maneras de recordar pero las tenemos tan cerca que no las vemos. Una de ellas radica en nuestra propia sabiduría interior; esa que solo en el Silencio podemos escuchar. Pero estamos tan atareadas, tan atareados, en esta vertiginosa vida que nos hemos montado que prestamos oídos a todos y a todo menos a nuestra propia voz. 

Otra manera de recordar es, de hecho, la que nos ayuda a escucharnos en nuestro silencio: el contacto con la Naturaleza. No hay persona que no haya sentido alguna vez esa sensación «diferente» cuando estamos en contacto con ella. No hace falta que estemos en medio de un frondoso bosque; solo hace falta parar, ver y escuchar allí donde estemos. Un árbol en la  ciudad que nos refresca al pasar bajo su sombra; una pequeña flor que nace de una rendija en el asfalto; un gorrión que, descarado, se acerca a nuestra mesa en busca de migas de pan; esa gota solitaria que refresca la brizna de hierba que nos sale al paso… Un pato que tranquilamente pasea en la laguna… Todo habla, solo hemos de parar, en silencio, ver, escuchar y recordar.  

Cuando hayamos recordado que somos ese árbol, confiado, arraigado a la Tierra y que desde su lugar ofrece lo más preciado que tiene; esa pequeña flor que allá donde esté despliega su fragancia y su belleza; ese gorrión que alza el vuelo; esa gota solitaria que nutre la hierba sobre la que cayó. Cuando hayamos recordado que somos el pato de la laguna, que somos Uno con todo, entonces podremos, desde una nueva consciencia, preguntarnos qué queremos hacer, no solo por la Tierra y el Agua, no solo por el árbol y por la flor, por el gorrión y la brizna de hierba, no solo por el pato; sino por nuestra propia supervivencia que, al fin y al cabo, es lo mismo.

Cuando hayamos recordado, podremos y querremos políticas radicales, políticas que vayan a la raíz del problema, que no es otra que el olvido de lo que somos. Las demás, por muy necesarias que sean, no dejarán de ser «políticas paliativas».

Cuando hayamos recordado, una Nueva Tierra será posible. Hasta entonces, confío en nuestra sabiduría y en nuestra propia capacidad para recordar.

💦💦💦

Llevaba tiempo queriendo terminar esta reflexión. Ha sido el relato «Empatía» de José Galindo Gómez, publicado en la Revista El Ecologista (nº 113), de Ecologistas en Acción, el que me ha inspirado y confirmado mi intuición. Tomo prestada la ilustración que da pie al relato, de Andrés Espinosa, con el agradecimiento tanto a él como al autor del mismo. Puedes leer el relato en el siguiente enlace:

https://www.ecologistasenaccion.org/210725/relato-empatia/

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