Enhorabuena, querido caminante, por ese brillante Cum Laude que lograste ayer. Tu tesón, tu valentía, tu esfuerzo y tu rebeldía hicieron que ayer, después de tantos años de duro trabajo, consiguieras tu ansiado título de Doctor. ¡Bienvenido!
Me siento orgullosa del trabajo realizado en el Laberinto de la Academia. Fueron muchos días de mirar para adentro, de atreverse a entrar, a recorrer todos sus vericuetos, a perderse y a encontrarse; oler el miedo y mirarlo de frente; días de incertidumbre, de rabia y de dolor. También días de risa y alegría. Me siento orgullosa de que, tras recorrer los pasadizos de este intrincado Laberinto, por fin alcanzaras tu meta. Ahora solo queda, acuérdate, seguir el hilo de Ariadna para SALIR A LA VIDA.