Sigo corrigiendo y esta vez es una estudiante de la asignatura Economía Aplicada al Medio Ambiente de 1º del grado en Ciencias Ambientales la que me hace un hermoso e inesperado regalo. En la asignatura explicamos la diferencia entre la Economía Neoclásica y la Economía Ecológica como alternativa. A final de curso tienen que responder a la pregunta ¿Qué es para ti la economía hoy, tras haber cursado esta asignatura? y con su foto tienen que expresar la diferencia entre las dos visiones.
Me he quedado impactada con la fotografía y la reflexión de esta estudiante, que al preguntarle si podía utilizarla me dio su consentimiento y además me dijo que podía dar su nombre, Lola Romero Areales. Copio el texto que acompaña a la foto que la tituló «Economía terapéutica»:
«Economías contrapuestas: Economía Neoclásica en la enfermedad. Caracterizada por un descontrol (libre mercado) directamente proporcional al extremo de sus síntomas (desigualdades), poniendo remedio a éstos mediante actos compensatorios (internalización de las externalidades) que, en realidad, no reparan nada. Basada en una necesidad inventada, la necesidad de estar más delgada, persigue un objetivo irreal, gastar cada vez más calorías ingiriendo menos (producir más utilizando menos).
Como respuesta, Economía Ecológica en forma de terapia, de cura. Subjetiva con cada paciente, intervenida por el terapeuta y los seres cercanos para controlar los síntomas (ralentizar el desorden). Nosotras, los costes sociales; nuestro valor medido en humanidad, costeado por nuestros padres. Terapia que integra y tiene en cuenta cualquier circunstancia de los participantes (sistema abierto, cosmovisión); no obstante, un grupo delimitado (colectivo) que nos atendemos y cuidamos (propiedad común) bajo nuestras propias pautas.
En comparativa con la primera foto, me llama la atención la adquisición de conciencia y conocimiento sobre una nueva realidad y, sobre todo, una visión significativamente optimista de esa realidad económica que trasciende el consumismo, que enlaza e integra, que cuida y respeta.
No obstante, me cuestiono qué sucede con los que no se quieren curar»
Las palabras se me quedan corta para expresar la emoción que me embargó cuando esta chica compartió en clase su vivencia y el por qué de su foto. Y me doy cuenta que esa emoción provenía porque para mí la Economía Ecológica también ha supuesto, en cierta medida, una cura, una terapia entre tanta pretendida excelencia y malsana competitividad. Me doy cuenta cómo el aprendizaje vivenciado es cuando de verdad cala. Solo integrándolo podemos no solo aprenderlo, sino también «aprehenderlo».
GRACIAS Lola por tu valentía!! Guardo en mi corazón este precioso regalo que nos has hecho… que me has hecho…
Y nuevamente, días como hoy me siento profundamente agradecida a la Vida por darme esta oportunidad…