A las 17.00 h. era la hora convenida para iniciar la tercera edición de El Laberinto de la Academia. A las 15.00, cuando salí para Búho Blanco, aún no sabía qué me iba a encontrar. Habían contactado conmigo cinco personas pero en mis peores fantasías me quedaba solo con dos; una «se rajaba», otra no llegaba a venir, otra ya sabía que no venía… solo dos… me quedaba sin grupo para el Laberinto.
Me llevé toda la mañana inquieta, de hecho había dormido mal y poco la noche anterior. Antes de salir me dije: «Confía y déjate sorprender por la Vida». Tuve que respirar varias veces y así, con mi inquietud y mi confianza me fui para Búho Blanco.
Y la Vida me ha regalado el grupo «justo», dos chicas y dos chicos, y entre los cuatro llevan una preciosa energía con la que trabajar. Como decía Herman Hesse, «Nada sucede casualmente, aquí solo se encuentran los huéspedes justos»…