SOLO LA HUMILDAD NOS DARÁ VIDA

Ficus de San Jacinto (Sevilla), 15 de agosto 2022, antes de su cruel tala.

Sentí un deseo profundo cuando vi aquella llamada de Carmen en Facebook el 14 de agosto. Quería estar allí.

Sentí aquel árbol parte de mí y yo me sentí parte de él. Es difícil explicar con palabras. Seguramente sería más fácil si fuera trianera. No jugué a la sombra del Ficus siendo niña; no jugué a su alrededor al volver del colegio; no pelé la pava entre sus raíces ni pisé sus semillas al caminar. Y sin embargo, algo me llamaba con fuerza para estar allí. Quería darle Voz al Ficus.

El día que le amputaron la primera gran rama se me cogió un nudo en el pecho y lloré.

¿Qué le estamos haciendo a la Tierra?, ¿Qué nos estamos haciendo? recordaba las palabras de Marly. No obtenía respuesta mientras veía esa poderosa rama balancearse sobre nuestras cabezas.

El sonido de la sierra retumbó en mis entrañas, en las entrañas de la Tierra. Nos estaban quitando a un gigante que durante más de un siglo nos había regalado oxígeno, sombra… un gigante vivo y sano que lo único que pedía era que lo dejáramos ser.

Puedo hacer reflexiones académicas, sesudas, sobre el despropósito de privatizar lo común, puedo reflexionar sobre la necedad de no ver lo evidente; sobre los presuntos delitos ambientales que se han cometido; sobre la ceguera en la que estamos envueltos para no ver que sin los árboles no hay vida…. Puedo hacer todo eso pero ahora mismo lo único que me sale es dolor, mucho dolor. Y quiero dejarlo salir. No quiero teorizar, no quiero reflexionar, solo quiero sentir este dolor. El dolor del Ficus, el dolor de la Tierra.

Desde ayer siento un cansancio grande. Tal vez me esté tomando esto demasiado a pecho; al fin y al cabo no soy trianera, me digo. Pero qué coño, la Vida no sabe de fronteras, me respondo. 

Y el cansancio me puede…

Mañana finaliza el plazo dado por el juez al Ayuntamiento para presentar sus alegaciones. Solo deseo que el ser humano deje a un lado su soberbia, esa por lo que nos creemos por encima de cualquier otro ser vivo. Solo deseo con todas mis fuerzas que el juez sienta en sus entrañas lo que yo he sentido. Solo la Humildad nos dará Vida.

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