
(Fotografía: Paraninfo Universidad Pablo de Olavide, 25/1/2023. Celebración 25 aniversario).
Hoy he tenido dos sesiones con dos «Doctoras». Una se doctoró ahora hace tres años. La otra se acaba de doctorar.
Curiosamente, las dos (cada una por su parte, obviamente), me comentaban sus dudas sobre seguir o no en la Academia; sus dudas de si «valen» o no para la Universidad. ¡¡Y son Doctoras!!
Que si «mi forma» no es suficientemente buena, que si mis compañeros y compañeras lo hacen mucho mejor; que si no sé si seré capaz de publicar artículos; que no sé si seré capaz de…
Y me vi… Me vi con 25 años menos, con todos los mismos miedos e inseguridades que ellas. Con ese creerme «menos» que todos. Con ese síndrome de la impostora creyendo que sí, que era Doctora, pero lo era porque de lo que sí había sido capaz era de «engañar» al tribunal para que creyera que mi tesis era suficientemente buena como para doctorarme, cuando sabía en el fondo que no lo era (o eso era lo que yo me contaba entonces).
Y me vi en ellas. Cuánto sufrimiento en la Academia. Y de esto nada se sabe fuera… Cuánta competitividad, cuánta exigencia y auto-exigencia; cuánto auto-boicoteo; cuántos egos; cuánta mal entendida excelencia… Cuánta deshumanización. Cuánto miedo… qué poco Amor…
Y hoy, curiosamente hoy, tras estas dos sesiones, me han llegado las fotografías realizadas ayer en el Acto de Celebración del Aniversario por los 25 años de la UPO. No me lo podía creer. Allí estaba yo: a toda pantalla. Doctora.
Y me vi… Vi todos mis miedos en aquella pantalla, sentada desde una cómoda butaca del Paraninfo, a rebosar y con toda la plana mayor sentada en las primeras filas.
Sentí tanta compasión por mí. Por la que fui…
He sentido tanta compasión por ellas… por las que son…
Y sí, claro que podemos. A veces no se trata de irnos, sino de aprender a estar de otra forma: sin Miedo, con Amor. Tratando de Humanizar la Academia, recordando lo que somos.
Hacen tanta falta otros pensares y otros sentires. Hace falta tanto Amor…