No soy fanática de Apple ni creo en el sueño mal llamado «americano», pero el discurso de Steve Jobs, tan repetido estos días con motivo de su fallecimiento, creo que es digno de escucharse. En mi opinión, hay que escucharlo con la mente y el corazón abiertos: Jobs no hablaba para estudiantes «excelentes» en una universidad «excelente», le hablaba al corazón de gente joven para que crean en su instinto y en sus emociones, al margen de universidades y de excelencias.