Hoy es un día triste: han privatizado el agua en Brasil…
Cada cierto tiempo siento la necesidad de ir al Alcazar y entrar nada más abren su gran portón y mientras los turistas se entretienen en el “palacio” me cuelo, sola, en la inmensidad de sus jardines. Me reciben los orgullosos pavos reales, las alegres golondrinas y como un bendito mantra, el agua, por todos sitios, en todos los rincones… sin ruido que la silencie…
Hoy que se privatiza en Brasil, más que nunca, necesito escuchar las voces del agua, en cada fuente, en el baño del mirlo, en el correr en la acequia, en el jazmín… en cada rincón del alma, porque me duele…