
¿Cómo hacerlos conectar con sus emociones a través de una pantalla? me preguntaba una vez más al comenzar ayer las clases de Máster. Y una vez más me doy cuenta que la única forma es «conectando yo con las mías». Cuando me permito ser, sin vergüenza, sin miedo, no hay pantalla negra que me impida entregarme. Termino después de dos días, con una sonrisa en el alma cuando un estudiante se despide diciéndome: «Gracias por hacernos sentir».
Me parece fundamental incluir las emociones en el aula… sin ellas, qué somos?