Merece la pena leerlo hasta el final. Muy de acuerdo con casi todo pero no me resisto en romper una lanza en favor de los profesor@s que conscientemente decidimos alejarnos de este loco sistema de la pretendida excelencia académica. L@s que así lo hacemos no nos dedicamos a «tomar café y hablar por teléfono». Muy al contrario, algun@s dedicamos nuestro trabajo, a partir de un profundo recorrido personal, a contribuir a la salud de la institución.